Diría que me da gusto volver a escribir si no fuera porque eso quiere decir que vuelven las lágrimas. Sí, otra vez, como no. Vuelve el llanto y el dolor. Y vuelve también la máscara para disimularlo.
Sólo quería verlo hoy ya que sé que no podré verlo más hasta la semana que viene, me moría de ganas. Dijo que trataría de venir. Sí, eso dijo.. No lo culpo, sólo lo culpo por la incertidumbre. Porque cada vez que escuchaba algo en el pasillo pensaba que era él. Porque en el balcón, cada chico con gorro era automáticamente él. Porque escuchaba en móvil sin escucharlo. Porque es horrible no saber si sí o si no. Me duele volver de nuevo a esto, por supuesto que me duele. Quiero verlo, despedirme en condiciones, abrazarlo. Quiero no tener motivos para llorar, otra vez. Es asqueroso volver a mi pequeño blog, a mi santuario, llorando de nuevo. Pero es lo habitual.
Me desgarra por dentro.
Y tengo un mal presentimiento, uno de esos que sabes que se van a cumplir sí o sí, porque siempre se cumplen. Tengo miedo de saber qué pueda suceder. Tengo miedo de abrir los ojos y ver una realidad aún más cruda, aún más fría.
Tengo miedo a que a partir de ahora sólo esté yo para abrazarme.