¿Impotencia o ignorancia?
¿El no poder hacer nada o el no saber qué hacer?
Ambas van de la mano.
Cuando no sabes qué hacer, no puedes hacer nada y si no puedes hacer nada, ya no sabes qué hacer.
¿Cierto?
Se forman líos en tu mente, te confunden, te hacen quedarte horas y horas en un mundo que tú mismo has creado en el que esos líos no existen, en el que todo es como te gustaría que fuera.
Nunca estamos conforme con la vida como es, buscamos nuevas emociones, cosas nuevas que den emociones a la vida. Y, a veces, eso no es bueno.
Pasan los días y lo único que haces es quedarte sentado sin actuar, sin nada que hacer, suspirando. Y te dices a ti mismo: ¡Actúa! pero eso no es lo tuyo. Y cuando intentas que tu vida vuelva a la rutina de antes, no puedes hacerlo, ya es tarde. Desearías no conocer nada de esto, aunque en el fondo te gusta. Es una sensación que no tenías desde hace tiempo, y te gusta.
Ignorancia e impotencia.
¿Qué podemos hacerle?
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