Gracias.
No veo mejor momento para decirle gracias mejor que ahora.
Gracias por soportarme, que yo también tengo lo mío.
Gracias por echarme la bronca cuando me ves haciendo algo que no debo.
Gracias por preocuparte, por preguntarme siempre cómo estoy, por animarme.
Gracias por tus abrazos, porque aunque estés tan lejos, sé que estás ahí y tus abrazos son de los pocos que consiguen reconfortarme.
Gracias por querer siempre lo mejor para mí y por intentar dármelo.
Gracias por llevar ya un año conmigo, por haberme dejado estar presente en tus risas y en tus llantos.
Gracias por ser más que mi mejor amigo, gracias porque después de un tiempo y a pesar de que lo único que tenemos en común en nuestras vidas son las pantallas de nuestros ordenadores sigues aquí, conmigo.
Gracias porque no has cambiado, sigues siendo como siempre, sigues siendo el chaval que conocí, que me encantó, al que quise tanto, con quien he pasado los mejores ratos del año pasado, con quien puedo hablar de cualquier cosa.
Sigues siendo mi Warren, aunque ya nos conozcamos lo suficiente como para llamarte por tu nombre.
Gracias Mejor Amigo, gracias Hermano.
Gracias por todo, por absolutamente todo.
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