15 de julio de 2011

La abrazó por la espalda, extendiendo los dedos sobre su estómago, acariciándolo. Besó su cuello, dejando que su respiración sonara cerca de su oído. Lo hacía cada vez que ella se enfadaba con él, siempre funcionaba, pero esta vez ella soltó sus manos y ni siquiera se volvió antes de decir: -Esta vez no, me he cansado de tus tonterías. Ponte en mi lugar ¿No pensarías lo mismo?
Entonces sólo se le ocurrió otra solución, una frase. En realidad, eran tres frases. Debía pronunciar la primera y que ella pronunciara la segunda. Eran lo que hacían siempre cuando un problema los estaba superando. La cogió de la muñeca y la obligó a mirarle. La miró justamente a los ojos.
-No puedo vivir sin ti.-Silencio. Ella bajó la mirada. Parecía que no fuera a responder en esta ocasión y ese era el peor símbolo que podían darle. Si ella no respondía...
-No puedo vivir sin ti.-Repitió. Estaba deseando que ella respondiera, pero seguía evitando su mirada.-¡No puedo vivir sin ti!-Repitió por última vez.
-Sí que puedes..-Al fin, esas palabras salieron de su boca. Volvió a subir la mirada hacia él.
-Sí...-Se acercó a sus labios mientras pronunciaba esas palabras.-..pero no quiero.
Tras eso, todo se había solucionado. Las peleas, las tonterías, sólo existían ellos dos y el mundo era una bola en la que ellos estaban pero que apenas importaba. 
~Esas tres frases han cambiado mi vida desde que las leí por primera vez, pienso que todo podría solucionarse con eso.. 

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