16 de julio de 2011

Volvemos... a lo mismo de siempre. 
Nada cambió...
Pero en fin, ya sabía lo que esperaba. Sabía lo que pasaría, así que no tengo de qué sorprenderme. Supongo que este es el mejor lugar para ser algo de sincera conmigo misma y olvidarme de esa máscara que me coloqué ante los demás, incluso ante mí misma. Esa máscara me sienta bien, me ayuda a animarme, aunque sea sólo un poco. Me ayuda a aislarme de la realidad y fingir por un pequeño rato que realmente todo es felicidad y que no me importa.. Bueno, simplemente, que no me importa. Ojalá fuera así realmente, fuera capaz de bajar esta pantalla, taparme con la sábana y dormir, dormir sin más preocupación que volver a despertar mañana. En cambio estoy aquí, esperando que llegue, como cualquier estúpida.. Qué malo es entregarse tanto, es demasiado malo, te lleva a hacer estupideces y a quedar como una idiota delante de todo el mundo.. ¿Por qué?¿Por amor?¿Qué recibes a cambio?¿Más amor?
O ni siquiera eso.
Y te quedas esperando, haces lo posible por la otra persona, cosas que.. antes de estar con esa persona, ni imaginarías hacer. Cosas que quizás no merezcan la pena y en cambio, no eres capaz de dejar de hacerlas..

No hay comentarios:

Publicar un comentario