5 de abril de 2011

-¿Sabes.. ese miedo constante a perder a alguien? Tener la sensación de que cada mínima acción puede disolverlo todo, hacer desaparecer lo poco que hay. Y las lágrimas sólo de pensarlo. 
Estar celosa de cualquier cosa que pase, de una palabra un poco más cariñosa, de una sonrisa algo más especial. Celosa de verle contento al hablar con otra persona. Y a la vez, te sientes mal por ello, porque sabes que confías en él, en lo que te dice, pero no puedes evitar dudar inconscientemente. Y te haces daño por dentro, porque no quieres decirlo, porque no quieres que sepa que eso es lo que sientes realmente, que después de tanto hacerte la fuerte, eres tan débil.
Vuelves a colocarte tu máscara de sonrisa, como si no pudieras llorar, aunque en tus ojos se ve la tristeza. Se ve que lo echas de menos a cada segundo, que pasas las horas pensando en qué hará, qué dirá, cuándo vendrá, dónde estará, qué pensará, qué le habrán dicho ahora. "¿Estará hablando con ella?¿Volverá a dudar de mí?" preguntas que no puedes decir. 
Y ese miedo a que encuentre algo mejor, ya que tú no te encuentras nada bueno. Ese pánico a ser sustituida y esa obligación de ordenarle al corazón que si estuviera mejor con otra, debería alegrarse por él. Todo eso ¿Qué puede ser?
+Chica, siento darte una mala noticia, te lo he advertido muchas veces, no deberías dejar que pasara. Aún puedes evitarlo. Pero de momento, te estás enamorando...

No hay comentarios:

Publicar un comentario